1. ¿Qué nos convoca a este encuentro?
Lxs que estamos hoy en este espacio somos quienes insistimos en que Chile requiere una alternativa política y social diferente a la que ofrecen la derecha y la Concertación. Hemos adherido al proyecto MAIZ, convencidos en que sigue vigente nuestra idea fundacional de aportar a la construcción de una fuerza política que tenga como horizonte superar la sociedad en la que vivimos, basada en el mercado y la primacía del capital sobre el ser humano y la naturaleza.
En definitiva, estamos acá para reafirmar el proyecto MAIZ, sintetizado en muchos puntos en el documento “El MAIZ se despliega“. Por ello ratificamos:
El carácter movimientista del MAIZ, en contraposición a la orgánica tradicional del partido.
Su convicción democrática, y su compromiso irrenunciable con los derechos humanos y la justicia social.
Su lucha por una sociedad justa, que se sustente sobre la base de una democracia plena y un sistema económico que asegure la justicia social y el cuidado del medio ambiente, superando la visión instrumental acerca de las personas y la naturaleza.
Su lucha por la igualdad en las relaciones de género, y por el desarrollo pleno de las personas, relevando la diversidad como un valor que fortalece la vida en comunidad.
El convencimiento de que los más elevados valores humanos, como son la justicia, la libertad y la solidaridad son incompatibles con los principios que rigen la sociedad capitalista, especialmente en su deriva neoliberal actual, la que tiende a exacerbar el individualismo, la codicia y la competencia.
Su esfuerzo por avanzar hacia la soberanía económica de nuestro país, sustentada en la recuperación de nuestros recursos naturales y la distribución económica equitativa de la riqueza.
Su esfuerzo por también avanzar hacia la soberanía política del pueblo chileno, la cual solo puede cimentarse a partir de una verdadera democracia política y social, con una institucionalidad y, en particular, una Constitución Política que resguarde y permita efectivamente ejercer los derechos civiles, políticos, sociales, económicos, culturales y colectivos de todas las chilenas y chilenos, y de todos quienes habitan nuestro territorio.
2. El escenario interno del MAIZ (… hasta este encuentro)
Para nadie es un misterio que el MAIZ ha enfrentado una crisis aguda estos últimos meses. Sin lugar a dudas, esta crisis tiene como causa la profunda divergencia sostenida internamente en torno a qué camino debíamos seguir como organización. La progresiva reorientación política del Partido Comunista, cuyos primeros signos pueden evidenciarse a partir de 2005 y acentuados tras el triunfo presidencial de la derecha en 2009, hacia lo que ese partido ha dado en llamar el “Frente Amplio Opositor” para la construcción de un “Gobierno de nuevo tipo”, ha generado una importante desconcierto al interior de nuestro sector. Ha contribuido a este clima las estrategias electorales de otras organizaciones de izquierda, que en lugar de apostar por la unidad, han profundizado la dispersión de nuestras fuerzas, lo que se puede plasmar con mayor evidencia en la última elección municipal.
En este escenario, el MAIZ debía sí o sí adoptar una decisión: o se plegaba al llamado del PC a constituir el “Frente Amplio Opositor”, dando lugar a una política de alianzas que incluía y tenía como principal soporte a una parte de las fuerzas que administran hoy el actual modelo económico y el régimen político vigente, la Concertación; o bien era capaz de hacer frente a la coyuntura electoral sin abandonar su vocación por apostar a la unidad de las fuerzas democráticas de la izquierda chilena, precisamente como alternativa social y política a la Concertación.
Este debate recrudeció conforme se acercaba la elección municipal y tendió a superar con creces lo que podría haber sido un legítimo conflicto de ideas y posiciones.
En particular, es importante debe tener presente que los compromisos hacia el PC y su estrategia político-electoral actual no solo estuvieron marcados por la convergencia de posturas, sino también por un conjunto de factores asociados al mayor beneficio político y económico que podría traer consigo mantener alianza con el PC. Esto es precisamente lo que ocurre con la Izquierda Cristiana, orgánica que tras la fundación del MAIZ, siguió afirmando su adhesión al Juntos Podemos, y reclamó siempre su derecho a decidir en forma autónoma sus alianzas y relaciones políticas. En tal sentido, la invitación de la Izquierda Cristiana a constituir la Izquierda Ciudadana, fue siempre un problema mucho mayor a lo que podía significar que cientos de compañeras y compañeros debíamos adherir a una orgánica nueva. Se trató en definitiva de “casarnos” o “cazarnos” con una política de alianzas que en todas las instancias de encuentro y asamblea que MAIZ sostuvo, la mayoría de los asistentes rechazó. El tono y la gravedad de esta manera de concebir la política adquirió ribetes graves cuando la mayor parte de la Comisión Política que por entonces encabezaba el MAIZ fue llevando a cabo conversaciones que no tomaban en cuenta la posición de la militancia. El episodio más oscuro de esta forma de hacer política acontece cuando tras nuestro último encuentro como MAIZ sostenido en el mes de junio de 2012 la por entonces Comisión Política, con las orgánicas de la Izquierda Cristiana, Nueva Izquierda , el ASA y el diputado Aguiló definen en reunión privada la inscripción de la Izquierda Ciudadana. A los pocos días algunos miembros de la CP del nuevo partido dan por superado el MAIZ. El resto de quienes tenían cargos en MAIZ y adhirieron a la nueva IC, pudiendo o no tener posturas más cercanas, tampoco cumplió con sus funciones en tanto dirigentes, dejando a nuestra organización abandonada a su suerte.
El factor que siempre facilitó esta situación fue el hecho de que la Comisión Política de MAIZ estuvo siempre hegemonizada por personas y grupos que dilataron permanentemente la elección democrática de su dirigencia, optando por resguardar los equilibrios/desequilibrios entre grupos, facilitando la componenda y la política de camarillas. No por nada, el MAIZ con el tiempo fue perdiendo precisamente entre su dirigencia a quienes aportaban diversidad ideológica al interior de la izquierda, los/as que en su mayoría hastiados por esta forma de hacer política optaron por dejar sus cargos.
3. El MAIZ hoy: Fortalezas, debilidades y desafíos
Aún teniendo presente el difícil escenario actual, el MAIZ – en su muy breve historia – logró ilusionar en un comienzo a cientos de personas que nos convencimos de la necesidad de actuar unidos, teniendo presente que la diversidad era más un valor que un obstáculo.
Fortalezas
a) La capacidad de aglutinar un número relevante de organizaciones e independientes de izquierda, a saber: Izquierda Cristiana, Partido Socialista Allendista, Acción Socialista Allendista, Nueva Izquierda, ESOPO. Desgraciadamente muy tempranamente se retiraron dos organizaciones: Partido Socialista Allendista y ESOPO.
b) La generación de documentos políticos de tipo general que, a pesar de algunas debilidades, expresaron acertadamente los consensos alcanzados, por ejemplo: “Ejes conductores del Movimiento Amplio de Izquierda” (22 de junio de 2011) y “El MAIZ se despliega el 2012” (verano 2012).
-Debilidades
a) La designación sin participación de las bases de la dirección de la organización (fue un simple cuoteo entre las orgánicas, inclusive lxs representantes de los no militantes fueron designadxs a dedo). Esto se justificó con el carácter transitorio de la instancia, pero nunca se notó una real decisión política de superar esta situación.
b) La cercanía política de sectores de la Comisión Política con el Partido Comunista, esto está en la base del proyecto de Izquierda Ciudadana
c) La incapacidad de la CP de entregar orientaciones mínimas a la militancia y pronunciarse frente a la coyuntura nacional e internacional
d) La falta de discusión política en torno a aspectos muy concretos como la política de alianzas. Esta situación facilitó la formación de la Izquierda Ciudadana en la perspectiva de un pacto electoral con el PC y por esta vía la identificación con sectores de la Concertación. Si nuestra meta era desarrollar una organización distinta a la Concertación, esta decisión implicaba una contradicción insuperable para muchos adherentes. Cabe consignar que todas las orgánicas terminaron por asumir esta decisión.
e) La falta de discusión acerca del funcionamiento y estructura de un Partido/Movimiento compuesto por orgánicas distintas y un número importante de adherentes sin militancia como asimismo no profundizar en torno a concepción de la organización que pretendíamos construir (movimiento, partido, organización movimientista )
f) La falta de discusión acerca de nuestra relación con las organizaciones sociales. Es absolutamente insuficiente el planteamiento que hay que participar en ellas.
Perspectivas
a) Objetivos mínimos para el período
- Aportar a la superación de la dispersión de la izquierda crítica, diferenciada claramente del proyecto de la Concertación.
- Potenciar nuestra participación en las organizaciones sociales, reflexionando acerca de nuestro rol en ellas que deberá, dentro de lo posible, orientarse a formar gérmenes de poder popular (o como se quiera denominar)
- Participar, en la medida de nuestras posibilidades, en la designación de un/a candidato/a alternativo/a y en su campaña.
-Organizar un pequeño grupo de estudios con la tarea de analizar experiencias interesantes para nosotros en otros países latinoamericanos (por ejemplo: Frente Amplio/Uruguay) y/o impulsar encuentros con militantes de estas organizaciones.
b) La imprescindible necesidad de crecer
Independiente de los resultados de este encuentro, debemos reconocer que somos una “organización” muy pequeña lo que nos obliga colocar en el centro de nuestras inquietudes la necesidad de crecer, para enfrentar las tareas que nos propondremos.
Tenemos que partir aceptando que en este último período ni nosotros, ni la Izquierda Ciudadana hemos crecido. Tenemos al menos dos alternativas para enfrentar esta situación: a) que nuestra política en las organizaciones sociales nos abra la posibilidad de captar nuevos militantes (situación que se ve difícil), b) Desarrollar una política de cada vez mayor cercanía con organizaciones afines, hasta llegar a la fusión con ellas, y/o eventualmente constituir un real frente de izquierda. En este sentido tenemos el camino parcialmente ya transitado (necesario de retomar) de acercamiento a organizaciones como: Revolución Democrática, Igualdad, PAIS y MAS. Estas relaciones deberían darse en los territorios y a nivel central (si lo hubiera). Sin embargo, existe la posibilidad de desarrollar una política activa de relaciones cercanas con colectivos y organizaciones estudiantiles secundarios y universitarios de la izquierda autónoma, como asimismo con colectivos de trabajadores, estas deberían darse fundamentalmente en el territorio. Independiente de lo anterior la organización deberá generar una política de alianzas que contemple distintos niveles y considere al conjunto de la izquierda.
c) Condiciones para una política unitaria
- Relevar los aspectos que nos unen con otras organizaciones. La política tradicional de la izquierda ha sido precisamente la contraria.
- Realizar actividades en conjunto en los territorios.
- Hacer pronunciamientos en conjunto frente a la coyuntura nacional e internacional.
- Estar dispuestos a cambiar de nombre todas las veces que sea necesario, en el entendido que estamos en el proceso de construcción de una nueva fuerza política de izquierda.
4.- El Escenario actual
Frente al escenario postelectoral y en base al fracaso de ciertos pactos, nos gustaría recalcar lo siguiente.
La abstención es un hecho político que tiene diversas explicaciones desde el desprestigio de la política impulsado por Pinochet, la desmovilización y desarticulación de las organizaciones sociales impuesto por la Concertación en los años 90 adelante. No obstante, la campaña “No presto mi voto”, se puede ver como un intento de politizar la abstención, siendo la gran debilidad no presentar una alternativa
Otro panorama de gran interés para MAIZ es el proceso de Providencia, donde se levantó una candidatura ciudadana que logró articular a la ciudadanía una oposición activa. Este tipo de procesos facilitará las alianzas social y política que podemos impulsar en esos territorios. Asimismo, las elecciones y votaciones de compañeros y compañeras que fueron candidatos por fuera de los pactos tradicionales, también debe revisarse con atención, pues muchos de ellos están animados por nuestra misma convicción de ser alternativa desde la izquierda.
El escenario 2013 – 2014 nos obliga como organización a pronunciarnos. Lo que decidamos tiene que estar en el marco de acumular fuerzas de izquierda en función de la construcción de un referente político. Consideramos que es un deber levantar una candidatura presidencial unitaria de izquierda que ponga en el centro del debate el modelo económico-social, el régimen político actual y el carácter de la democracia
La propuesta que más nos motiva es a levantar una primaria de izquierda, en donde los partidos, movimientos y colectivas que se autodenominen así puedan presentar una candidatura única que nos permita elaborar una plataforma de trabajo común, tanto en contenidos como en trabajo territorial, diferenciado de las decisiones o negociaciones que la Concertación lleve a cabo.
5.- Acerca de la Organización
Es fundamental acordar un modo de organización, de coordinación y representación, basado en los principios de la democracia interna, de la construcción colectiva, del respeto a los acuerdos, y de la complementariedad y reciprocidad como modo de trabajo, en contraposición a la competencia. A nuestro entender este modo de organización debe ser combinar la efectividad y la sencillez, evitando la formación de estructuras pomposas, la burocratización y la justificación de las decisiones a espaldas de la militancia. Debe ser capaz de integrar la diversidad ideológica y de composición de MAIZ, asegurando siempre que las personas que asumen cargos deben ser elegidas a través de un mecanismo democrático y transparente. Nos parece que es el momento de dejar atrás las cuotas asignadas a grupos internos, que favorecen la componenda. En el MAIZ somos todos iguales y cada persona tiene el mismo derecho de participar, ser parte de las decisiones y asumir funciones.
Proponemos en concreto la formación de una instancia de Coordinación mínima, constituidas por funciones específicas, de no más de 3 a 5 cargos, revocables y renovables por períodos claramente delimitados. A esta coordinación se sumarían equipos de trabajo integrados por todxs quienes tengan el deseo y la posibilidad de aportar. Del mismo modo, la organización territorial del MAIZ a través de las comunas y ojalá en la mayor cantidad de regiones es una necesidad imperiosa sobre la que también debemos desarrollar una estrategia. Esta debiera ser capaz de integrar frentes sectoriales o funcionales en los que también lxs integrantes del MAIZ puedan trabajar (por ej. estudiantil, profesional, vecinal, entre otros).
PARA QUIENES PROFETIZARON QUE EL MAIZ HA SIDO SUPERADO, DEBEMOS DECIRLES QUE EL MAIZ DESDE HOY SE HA SUPERADO A SI MISMO… POR ESO SIGUE VIVO.
Comisión Organizadora
Diciembre, 2012